Por mucho que nos guste pensar que nuestros
hijos siempre se querrán y se llevarán bien, la realidad es que los hermanos
suelen correr el riesgo de pelearse entre ellos. Esto es especialmente cierto
cuando ambos están en el mismo colegio y en los mismos círculos sociales. La
rivalidad entre hermanos es una parte normal del crecimiento, y es algo que
muchos niños experimentan en algún momento. Pueden pelearse por los juguetes,
los videojuegos, la ropa o incluso los amigos. La buena noticia es que estas
peleas suelen ser breves y no se prolongan indefinidamente. La mala noticia es
que tienes que ser capaz de manejar estas situaciones cuando surjan, lo que
significa ser capaz de criar a tus hijos de una manera que les ayude a resolver
cualquier desacuerdo que estén teniendo de una manera apropiada.
Establecer reglas y límites
El primer paso, y el más importante, para
gestionar las peleas entre hermanos es asegurarse de que tus hijos sepan que se
espera que se traten con respeto. Esto significa que tienen que seguir reglas
como compartir con el otro, limpiar lo que ensucian y guardar las cosas después
de usarlas. También hay que poner límites a lo que está permitido y a lo que no
lo está cuando se trata de peleas. Esto significa que tienes que asegurarte de
que tus hijos sepan que si se pelean entre ellos, tienen que parar cuando tú se
lo digas. También tienen que saber que no pueden hacerse daño físicamente, que
deben utilizar siempre un lenguaje limpio y que los insultos nunca están bien.
Uno de los aspectos más importantes a la hora de poner límites a las peleas
entre hermanos es asegurarse de no tomar partido. Esto puede ser muy difícil
cuando tus hijos se pelean y quieres ayudarles a reconciliarse, pero si tomas
partido en el desacuerdo, sólo estás empeorando la situación.
Confronta la causa, no el comportamiento
Cuando tus hijos se pelean, una de las
primeras cosas que debes hacer es trabajar con ellos para averiguar por qué se
pelean. Pregúntales por qué discuten y cuál creen que es la causa del
desacuerdo. Una vez que sepas de qué se trata la pelea y por qué se produce,
puedes dirigir tu atención a ayudar a tus hijos a resolver el desacuerdo. Al
ayudar a tus hijos a resolver el desacuerdo, tienes que asegurarte de que te
enfrentas a la causa, no al comportamiento. Por ejemplo, si tus hijos se pelean
por quién va a usar el ordenador después, tienes que asegurarte de no decirles
simplemente que compartan el ordenador. En lugar de ello, debes preguntarles
por qué se pelean por el ordenador en primer lugar. Es posible que uno de los
niños quiera jugar a un juego y el otro quiera investigar para un proyecto
escolar. En este caso, tendrás que ayudar a tus hijos a encontrar una solución
que satisfaga las necesidades de ambos, como dejar que el niño que necesita
investigar utilice el ordenador todo el tiempo que necesite y dejar que el otro
juegue todo el tiempo que quiera.
Ser un buen modelo de conducta
Una de las mejores cosas que puedes hacer
para ayudar a tus hijos a resolver sus desacuerdos es darles un buen ejemplo.
Esto significa que tienes que ser capaz de resolver tus desacuerdos con tu
pareja de forma respetuosa. También significa que debes ser capaz de dejar de
lado las peleas que tengas con tus hijos. Puede ser muy útil que los padres se
tomen el tiempo necesario para hablar de sus propios desacuerdos y mostrar a
sus hijos cómo los resuelven. También puedes ayudar a tus hijos dejándoles ver
que dejas atrás tus desacuerdos con tu pareja. Puedes hacerlo recordándote a ti
mismo que todos los desacuerdos no tienen por qué acabar en una desavenencia
permanente o en una ruptura.
Sé firme pero amable
Como padre, tienes derecho a esperar que
tus hijos actúen de forma adecuada entre ellos. Esto significa que debes
establecer unas expectativas claras para tus hijos y asegurarte de que las
cumplen. También tiene que asegurarse de que hace cumplir esas expectativas.
Puede hacerlo con firmeza pero con calma, sin dejar que sus emociones o su
relación con sus hijos afecten a su proceso de toma de decisiones. Si tus hijos
se pelean, debes intervenir y hacerles saber que tienen que parar. Puedes
hacerlo con calma, pero con firmeza. Puedes hacerles saber que las peleas no
son apropiadas y que tienen que parar. Puedes hacerles saber que esperas que se
traten con respeto y que sigan las normas que has establecido para ellos.
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Conclusión
Como padre, tienes que ser capaz
de manejar estas situaciones cuando surjan, lo que significa ser capaz de criar
a tus hijos de una manera que les ayude a resolver cualquier desacuerdo que
estén teniendo de una manera apropiada. El primer paso, y el más importante,
para manejar las peleas entre hermanos es asegurarse de que tus hijos sepan que
se espera que se traten con respeto. También hay que poner límites a lo que
está permitido y a lo que no está permitido en las peleas, y hay que asegurarse
de no tomar partido en el desacuerdo. También tienes que enfrentarte a la causa
del desacuerdo, no al comportamiento, y tienes que ser un buen modelo de
conducta, ser firme pero amable, y seguir siempre cualquier medida
disciplinaria que tengas que tomar.